lunes, 26 de marzo de 2007

domingo, 25 de marzo de 2007

50 años de Europa. 40 años de Lluis Llach

Francamente, no me podía imaginar que el pasado volviera con tanta intensidad. Mientras Europa celebra 50 años de paz y libertad, en nuestro país seguimos enfrascados en los mismos monotemas de siempre a los que creo que no vale la pena hacer referencia. Sí que me ha sorprendido que se acepten tan mal las críticas realizadas por un magnate de los medios de comunicación a un partido político. Iluso de mi, llegué a creerme lo de la libertad de expresión. Creo que lo leí en un documento llamado Constitución Española. Debí entenderlo mal. La crítica solamente pueden hacerla otros medios de comunicación, relacionados con estructuras milenarias de poder.

Por fin los jóvenes se manifiestan (bueno, como ahora la juventud llega hasta la edad que llega...). Ya era hora de que se decidieran a salir y a hacer oir su voz contra el futuro que les espera. 50 millones, por 50 metros cuadrados, 50 años de hipoteca. Lo lamentable es que llevamos unos cuantos años de retraso, porque durante mucho tiempo se nos ha ido diciendo que si la vivienda sube desaforadamente de precio es porque "los españoles la pueden pagar". En realidad, los grandes propietarios immobiliarios son los bancos y cajas. Los demás somos inquilinos, que difícilmente se convertiran en propietarios. Bueno, la buena noticia es que los jóvenes se manifiestan, aunque sea para pedir que se rebaje el precio de la vivienda. Ya se sabe que no está de moda reclamar que el mundo cambie.Total para lo que nos va a durar al paso que vamos. Hoy le preguntaba a una amiga que si ha visto el cielo estrellado de Barcelona. Hace años que es imposible ver las estrellas. Y sin embargo, haberlas, haylas. ¿Cuando reinvidicaremos que no haya vehículos contaminando continuamente la ciudad?.

Pero hoy toca felicitar a Europa. Con todas sus carencias y defectos. Pero son 50 años de paz y libertad.

Otra felicitación. Lluis Llach. Gracias por 40 años de poesia, de amor, de coherencia personal. Anoche conseguiste, como siempre, emocionarme. Te vas, pero no de nuestros corazones ni de nuestra memoria histórica.